FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Desde nuestro lugar como educadores, en la investigación teórico práctica que desarrollamos en forma permanente, hemos tomado planteos de diferentes corrientes pedagógicas a lo largo de la historia, considerando distintos modelos organizacionales y distintas gramáticas escolares.

Buscamos reivindicar la necesaria diversidad de miradas en la construcción y desarrollo de cualquier proyecto, única manera para no quedar presos de una postura cerrada que corremos el riego de llegar a vivirla como “verdadera”.

Hemos estado y estamos abiertos a revisar, incluir, conservar o cambiar, sin dar nada como definitivo.

Ya desde el Siglo XVIII identificamos importantes fuentes inspiradoras J.J Rousseau, y posteriormente J.H Pestalozzi y F. Froebel , abren un camino que serán tomados por los movimientos que se generan a fines del Siglo XIX y principios de XX, conocidos como “escuela nueva”. Estos movimientos nutrieron la investigación pedagógica en todo el mundo, y en nuestro caso tuvieron una fuerte incidencia en la concepción del proyecto.

El movimiento de la escuela nueva se caracterizó por trascender planteos teóricos y proponer prácticas educativas acordes a los objetivos.

Maestras y maestros, pedagogos y pedagogas que, junto a hombres y mujeres de las ramas de la psicología, filosofía, medicina…se plantearon teorizar sobre sus prácticas concretas.

J. Dewey junto a la educadora Alice Chapman en Chicago, en 1896, funda la “Escuela laboratorio” aplicando sus teorías de una escuela activa, de una educación a través de proyectos, con el objetivo de formar ciudadanos de una sociedad democrática. M. Montessori funda en 1906 la primera “Casa di bambini” en Roma, y su propuesta, basada en la observación y la experimentación, concibió materiales que apuntaran al desarrollo de la autonomía, iniciativa, capacidad de elegir, desarrollo de la voluntad y autodisciplina en el niño. Contemporáneas de Montessori las hermanas Rosa y Carolina Agazzi en Italia, centradas en la educación de niños hasta los 6 años, con una postura crítica sobre la metodología de Montessori, plantean una pedagogía centrada en tres ejes: libertad, espontaneidad y creatividad. También a partir de experiencias concretas, en Inglaterra, en 1924, A. Neill fundó “Summerhill”, una escuela no directiva con base en el psicoanálisis y las concepciones libertarias. En los mismos años, la pedagogía del maestro C. Freinet, impulsa su pedagogía basada en “métodos naturales” y funda en 1928 la “Cooperativa de enseñanza laica”, centrada en el interés de los niños.

Durante una parte muy importante del Siglo XX, J. Piaget, desde su condición de biólogo y epistemólogo, contribuyó al conocimiento de la infancia como pocos lo han hecho. Contemporáneo de Piaget, lamentablemente por poco tiempo, ya que murió a los 38 años, L. Vygotsky, desde el campo de la psicología, incursionó en los procesos sociales relacionados al desarrollo del ser humano.

Los aportes de Piaget y Vygotsky en su complementariedad, movilizaron el pensamiento educativo desde las primeras décadas del Siglo XX y continúan incidiendo hasta el presente, dada la atemporalidad de sus aportes.

Promediando el Siglo XX y finalizada la segunda guerra mundial, la fundación de la primera escuela en Reggio Emilia en 1945, inspirada en el pensamiento de L. Malaguzzi, dejaría un legado que hasta el día de hoy se ha ido readaptando a la realidad de cientos de escuelas en el mundo.

Aportaron a nuestra reflexión C. Rogers y sus planteos de ambientes estimulantes y dinámica de grupos desde una mirada psicológica, P. Freire, su pedagogía crítica y el valor que le asignó a la educación como práctica liberadora, Iván Illich y su propuesta de una sociedad “desescolarizada”.

Y, si volvemos la mirada a nuestro país, desde las primeras décadas del Siglo XX encontramos planteos y propuestas cuestionadoras de las concepciones educativas dominantes, no olvidando a José Pedro Varela, que ya en 1868, con sólo 23 años, junto a Carlos María Ramírez y Elbio Fernández entre otros, fundaban la “Asociación de amigos de la educación popular” movimiento que revolucionó la educación en nuestro país, implantando la educación estatal gratuita, laica y obligatoria que tanto nos ha marcado a todos.

No finalizado aún el Siglo XIX en 1892 Enriqueta Compte y Riqué funda el primer Jardín de infantes público del Uruguay y primero también en Latinoamérica, después de viajar en misión oficial a Bélgica, Alemania, Holanda, Francia y Suiza para conocer la experiencia de Froebel.

Defensora de la reforma vareliana, impulsó la enseñanza laica, priorizando la actividad del niño, el respeto a su individualidad y la importancia del juego. Preocupada por los problemas sociales de su época dirigió durante 51 años el Jardín que fundó, y aportó a la educación de la primera infancia desde una práctica reflexiva.

Un poco más adelante, por los años 20, las escuelas experimentales inspiradas en O. Decroly y su metodología de Centros de interés, se instalaron en varias escuelas en América, incluido Uruguay, que entre 1925 y 1927 instaura tres escuelas experimentales: Experimental de Las Piedras, Experimental de Progreso, y Experimental de Malvín.

Creemos que uno de los grandes debe de nuestro sistema educativo, es haber dejado que estas experiencias se fueran diluyendo sin evaluarlas con la seriedad que merecen, a pesar de los testimonios y opiniones positivas de quienes participaron en las mismas tanto como alumnos como maestros.

Otro referente del pensamiento y las experiencias pedagógicas en nuestro país lo constituye el Profesor Carlos Vaz Ferreira quien desde la Cátedra de Maestro de Conferencia planteaba la reflexión sobre los grandes temas que preocupaban en esa época. (Más información en apartado ¿Por qué Vaz Ferreira?)

No queremos dejar de mencionar otro de los proyectos pedagógicos que ha quedado un tanto invisibilizado: las “Misiones socio pedagógicas” impulsado por Julio Castro junto a Miguel Soler y Enrique Brayer en las que participaron docentes, estudiantes de magisterio, de agronomía, de medicina, en forma honoraria. Las misiones socio-pedagógicas se instalaron en 1945 y con altos y bajos continuaron hasta 1971, recorriendo pueblos, realizando tareas de extensión cultural, apoyo pedagógico a los maestros rurales, educando en intervenciones agrícola y campañas sanitarias … y también y no menos importante, sensibilizando a los propios misioneros sobre la realidad de nuestro interior profundo.

Somos conscientes que nos hemos asomado de una forma escueta y esquemática a muchas de los pensadores que son parte de nuestra identidad como Centro educativo, y que tienen como denominador común el cuestionamiento a los formatos hegemónicos de su época, cuestionamiento que en algunos casos trascendió la propuesta teórica, diseñando formatos alternativos.

En el presente, con un pie en el Siglo XX y otro en el XXI son muchos los aportes de los cuales seguir nutriéndose.

J. Bruner, D. Ausubel, H. Giroux sigue alimentando la reflexión. Las investigaciones de J. Bowlby con relación al apego desde una mirada psicoanalítica, contribuyó a una mayor comprensión de nuestro trabajo, y pensadores como Derrida, Morin, y Gardner, entre otros, siguen aportando a nuestro proyecto.

Reflexión final.

Con esta larga lista, que por supuesto no está cerrada ni lo estará, que da cuenta de algunas influencias y no todas, buscamos reivindicar la necesaria diversidad de miradas en la construcción y desarrollo de cualquier proyecto, única manera para no quedar presos de una postura cerrada que corremos el riego de llegar a vivirla como “verdadera”.

Hemos estado y estamos abiertos a revisar, incluir, conservar o cambiar, sin dar nada como definitivo.